
El feminismo, explicado por el Real Madrid
Hace unos días el Madrid remontó un partido increíble y se han buscando infinitas explicaciones.
Que si el puro de Ancelotti.
Que si el peso del escudo.
Que si un fenómeno inexplicabla.
Pero lo que te voy a contar no ha salido en ninguna tertulia.
Y es tan importante que, de no haber sido por esto, es casi seguro que el resultado hubiera sido otro.
Va de Rodrygo, el goleador.
(Y no es si comparte taquilla con Luka Modric o si nació en una favela donde 16 hermanos cagaban en una bacinilla rota).
Es más sencillo.
Te voy a dar una pista.
Delante de ti tienes la plantilla del Juvenil A del Real Madrid, la antesala del fútbol profesional, donde se supone que están varios de los mejores jugadores de su edad, junto a sus fechas de nacimiento.
A ver si algo te llama la atención:
Aparte de lo guapo que es el hijo de Julen Guerrero, ¿algo te salta a la vista?
Echa otro vistazo si quieres, porque es muy llamativo.
¿Nada?
Eso tan llamativo, pero que nadie ve, es que la gran mayoría de los jugadores han nacido en la primera mitad del año.
De los veinticinco futbolistas de la plantilla veinte (el 87,5%) son de los primeros cinco meses del año.
Y no es una excepción.
Este patrón donde los nacidos el último trimestre son minoría (y los de diciembre bichos raros) se repite en todos los clubs de Primera y en todos los deportes a nivel profesional.
¿Por qué?
¿Los de final de año son unos paquetes?
¿Ser libra, escorpio o sagitario te hace un tuercebotas?
¿A Jesucristo lo hubieran echado en cadetes?
No, es mucho más fácil.
La fecha de corte para entrar en una categoría es el 1 de enero. Es decir, dos niños nacidos el mismo año, uno en enero y otro en diciembre, a pesar de la diferencia en desarrollo, compiten en el mismo grupo.
Como es lógico, los primeros son más grandes, más fuertes, más espabilados y, por tanto, mejores.
Lo que sucede es que esa pequeña ventaja inicial se retroalimenta poco a poco. Los más grandes juegan más, están más motivados y reciben más apoyo de padres y entrenadores.
Así, esa cascada de efectos termina haciendo que los equipos punteros se llenen de jugadores de principios de año, que son los que destacan.
Y claro, esos son los que llegan.
Está demostrado que entre dos jugadores de iguales condiciones, uno nacido en enero y otro en diciembre, el primero tiene cinco veces más probabilidad de llegar arriba.
¿Sabes cuando nació Rodrigo Goes?
Correcto, en enero, el día 9.
¿Qué crees que habría pasado si hubiera nacido un par de semanas antes? ¿Crees que con su 1,74 habría podido destacar contra jugadores casi un año mayores que él?
El Madrid pudo haber pasado igual, pero es muy probable que Rodrygo lo hubiera visto por la tele.
Pues leyendo sobre este fenómeno llamado “Efecto Mateo” en el muy recomendable libro “Fuera de serie”, me di cuenta de que es muy similar a lo que pasa con las mujeres.
Ojo, porque esto te va a permitir repartir muchos zascas.
Hace poco alguien me etiquetó en Twitter en esta lista:
Una lista con recomendaciones para seguir en Twitter que incluía, exactamente treinta maromos y cero mujeres.
En realidad esto es un milagro que ríete tú de lo del Madrid.
Veamos.
En el mundo hay unos cinco mil millones de personas de entre 15 y 65 años. Si el 50% son mujeres nos salen unas 2500 millones de féminas.
Pues la probabilidad de hacer una lista de treinta personas y que no haya ni una sola mujer es, atención, de 0,000000000931323.
Más claro. De cada millón de intentos de hacer una lista así, solo 0,0009 veces saldrían todo hombres.
O sea un hecho histórico. Algo que debería abrir los telediarios, ¡La martingala funciona!
Pero no.
El tweet ha sido muy compartido, con montones de likes, comentarios y abrazamientos de farola, pero solo a una persona le sorprendió el milagro.
Y es que las mujeres, en términos del sistema, son “los futbolistas de diciembre”. Su desventaja acumulada hace que les sea mucho más difícil “llegar arriba”.
No voy a entrar en las causas de esa desventaja acumulada, porque no las sé, pero podrían apuntar a años y años hablándoles, vistiéndolas y educándolas de una forma determinada. Aparte de su menor tamaño físico y de su papel biológico.
Esa cascada de efectos es lo que hace posible esa exclusión silenciosa, que un tío haga una lista de treinta referentes, no le salga una sola mujer, y solo a una persona le sorprenda el milagro.
Y, ojo, porque esto también explica muchos otros aspectos, a menudo confundidos por el feminismo, como el de la brecha salarial.
No es que las mujeres ganen menos, es que su desventaja acumulada hace que haya menos mujeres llegando a puestos donde se gana más.
Igual que ningún jugador cobra menos por ser de diciembre, ninguna mujer cobra menos por ser mujer, al menos en la España que yo conozco eso no pasa. El problema es otro.
El problema es que las mujeres “son de diciembre”.
Y también sé que no es intencionado...
Ni el Madrid expulsa de su cantera a los chavales de agosto en adelante porque le caen mal ni el de la lista es un machista. Solo que esos chavales y las mujeres salen con las cartas marcadas.
El director de la cantera de Osasuna dijo una vez:
“Los niños de enero arrollan, los de julio compiten, y los de diciembre… sobreviven”.
Pues los hombres somos de enero, y las mujeres... sobreviven.
Entonces la pregunta como hombre es, ¿se puede hacer algo?
Pues no lo sé.
Lo que sí sé es que, igual que no quiero ser el club que deja escapar grandes jugadores por confundir capacidad con madurez, no quiero perderme el posible impacto positivo de una cantidad enorme de personas artificialmente ignoradas.
Para ello solo me queda intentar ser consciente de esa exclusión sigilosa y entrenar el ojo para ver este tipo de "milagros".
Espero que a ti también te sirva.
Un saludo
Álvaro
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Hay gente que tiene muy buenas ideas y gente que tiene muy buenas ideas de mierda.