50 razones por las que dejé de trabajar por cuenta ajena

Ay, el trabajo, ese ente supremo al que debemos someter nuestra existencia, que nos saca de la cama pronto y agota nuestra paciencia. Al que aspiramos y al que vilipendiamos, al que nos atamos por escritura y el que si no tenemos, lloramos.

¿Es una tortura? ¿Es hora de destronarlo?

Estas 50 razones me quitaron de la cabeza la idealización del mundo laboral.

1. Salir de la cama y que el primer pensamiento sea cuando vas a volver.

2. Desayunar sin hambre.

3. Pasar 1h en un medio de transporte, y no cobrar por ella.

4. Escuchar cada mañana programas de radio clonados con bromas que no te hacen mucha gracia.

5. No poder llevar a tus hijos al partido.

6. El asqueroso café de máquina.

7. El hambre atroz de las 12 de la mañana saciada con basura de vending.

8. El olor a comida de tupper recalentada al microondas.

9. No poder decidir cuando te da el sol.

10. Que Lorenzo no caiga sobre tu cabeza de noviembre a mayo.

11. El cuarto café de máquina de la mañana.

12. Cagar en trono ajeno.

13. Extirpar de tu vida todas las horas hasta las 19.

14. Ver mucho más a gente que tú no has decidido ver que gente a la que sí has decidido ver.

15. Hablar con ellos mientras hueles su comida recalentada.

16. Ver cómo se lavan los dientes.

17. Tener que pensar que es una suerte.

18. El poder narcótico de tu ordenador a las 16h.

19. No poder recoger a tus hijos del cole.

20. Trabajar 5 días y descansar 2, ¿soy el único que ve que 2 es mucho menos que 5?

21. Tener que esperar a 7 de la tarde para hacer lo que te gusta.

22. No tener energía para hacerlo.

23. A veces tener que esperar a las 21.

24. ¿Lo que te gusta no debería ser prioridad?

25. Estar blanco como la leche hasta agosto, luego rojo y luego blanco 11 meses.

26. Pagar 12€ por aparcar en un descampado a 400 metros de la playa.

27. Ser un jodido dominguer. (y un dominguer jodido)

28. Sólo poder ir de vacaciones cuando todo el mundo.

29. Que en agosto y Semana Santa todo sea 10 veces más caro.

30. Que se te ponga cara y cuerpo de oficinista, y mente de primo.

31. No tener tiempo para cocinar y terminar metiéndote cualquier bazofia.

32. Que la característica principal de tu estado físico sea la “flacidez”.

33. Ver el sol por la ventana de la oficina.

34. Que el sol se refleje en la pantalla del ordenador, diciéndote “ven”, pero no puedes ir.

35. Soñar con ser funcionario para ser igual que ahora pero con la promesa de serlo para siempre.

36. Estar pendiente de cuándo llega un paquete porque nunca estás en casa.

37. Tener que pagar el alquiler completo de tu casa cuando casi no la disfrutas.

38. No poder tomar una caña en una terraza a medio día en primavera.

39. Que el gimnasio te siga cobrando por no ir.

40. Contratar a alguien para que críe a tus hijos.

41. Trabajar para el inglés.

42. Tener que obedecer a algún inútil.

43. Cobrar 4 veces menos que él.

44. Que un partido a las 22 te parezca una atrocidad.

45. Parecerte cada vez más a lo que no te querías parecer.

46. Echar a la primitiva pensando que es la única escapatoria.

47. Que haga meses que no subes más de 10 escalones.

48. Que llegue el viernes y estés fundido.

49. Tener que “aprovechar” el finde.

50. Que llegue el lunes y estés todavía más fundido.

Hay gente que tiene muy buenas ideas y gente que tiene muy buenas ideas de mierda.

Aquí está la diferencia